En este mes de Junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús, queremos dar gracias a Dios por su infinito amor. Ese amor manifestado en el corazón de su hijo amado. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. Nosotros desde nuestro servicio cotidiano queremos cobijarnos dentro de ese Corazón y poder entregarle nuestra vida, esfuerzos, alegrías y propuestas de trabajo para lograr incentivar e intensificar los vínculos entre las diócesis. Ofrecemos lo que somos, para caminar en esta hermosa tarea de ser y hacer; acompañar y proteger a las familias de nuestro país.
Dice Jesús Eucaristía: «Y ustedes, almas queridas, ¿por qué están frías e indiferentes a Mi amor? Sé que tienen que atender las necesidades de su familia, de su casa y del mundo que los solicita sin cesar. Pero, ¿no tendrán un momento para venir a darme prueba de su amor y de su gratitud? No se dejen llevar de tantas preocupaciones inútiles y reserven un momento para venir a visitar al Prisionero del amor».
Este mes, desde sus hogares, capillas, parroquias o catedrales, los invitamos a acompañarnos en el rezo y la devoción al Sagrado Corazón. Les pedimos nos acompañen en una visita al Sagrario o a una Hora Santa, con la intensión de rezar por todas las familias de nuestro país para que sean templos de Dios, centro de transmisión de la fe, lugar de amor, unidad y felicidad y seno de la sagrada voluntad de Dios.
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