La Pontificia Academia para la Vida, de acuerdo con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presentó el documeto “La vejez: nuestro futuro. La condición de los ancianos después de la pandemia”. En él se propone una reflexión sobre las lecciones que hay que extraer de la tragedia causada por la propagación del Covid-19, sobre sus consecuencias para hoy y para el futuro próximo de nuestras sociedades.
Como detalla el documento, «durante la primera oleada de la pandemia, una parte sustancial de las muertes por Covid-19 se produjo en instituciones para ancianos, lugares que se suponía que debían proteger a los más frágiles de la sociedad y en los que, en cambio, la muerte golpeó desproporcionadamente más que en el hogar y el entorno familiar». Y plantea que «necesitamos una nueva visión, un nuevo paradigma que permita a la sociedad cuidar de los ancianos”.
Para ello llama a «toda la sociedad civil, la Iglesia y las diversas tradiciones religiosas, el mundo de la cultura, de la escuela, del voluntariado, de las artes escénicas, de la economía y de las comunicaciones sociales deben sentir la responsabilidad de sugerir y apoyar -en el marco de esta revolución copernicana-nuevas e incisivas medidas que permitan acompañar y cuidar a los ancianos en contextos familiares, en sus propias casas y, en todo caso, en entornos domésticos que se asemejen más a los hogares que a los hospitales. Este es un cambio cultural que debe ser implementado”.
Para leer el documeto completo, hacer clic aquí: La vejez, nuestro futuro
Para leer un resumen del documento, hacer clic aquí: Ser ancianos es un don de Dios (Vatican News)