(Fuente: AICA) El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, realizó su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un mundo mejor” en la que se refirió a “Los nuevos pobres del tercer milenio”.

En su mensaje, el prelado relata la noticia de los miles de hombres en los comedores de Cáritas Italia “no son mendigos, son ellos, en saco y corbata, pero en la fila por una comida en la mesa de Caritas. Los papás separados, los pobres del tercer milenio, invisibles para las estadísticas, impotentes delante de la ley, un nivel de indigencia que en los últimos años ha alcanzado cifras difíciles de creer”.

“Según una estadística, hay en Italia dos millones doscientos mil papás separados. Estoy hablando de varones. De ellos, ochocientos mil viven bajo el nivel de pobreza y doscientos cincuenta mil disponen de menos de trescientos euros por mes para mantenerse”, manifestó el pastor.

“950.000 padres separados pueden ver a sus hijos solo una tarde por semana –dijo – y esto ocurre porque alquilan un cuarto y el chico no puede pasar la noche con ellos. Y ciento cincuenta mil son los padres que han perdido todo contacto con los hijos”.

El arzobispo de La Plata señaló que esto representa una situación muy grave y afirma que “aquí se destaca cómo el matrimonio, y la familia fundada sobre el matrimonio, tiene un valor económico. Importa muchísimo no solo para la estabilidad económica de los contrayentes o de los miembros de una familia, sino también para la sociedad entera. Tiene que ver con el desarrollo de una sociedad, con la situación mejor de una sociedad”.

“La altísimas cifras de separaciones implican que hay una precariedad creciente en los vínculos, dificultades enormes para conservar vínculos estables” aseguró y agregó que “la perennidad del vínculo matrimonial ha perdido importancia, ha perdido relieve, consistencia. Se contrae un matrimonio que se puede deshacer y hay plena conciencia de esta situación”.

Monseñor Aguer se pregunta cuál es la solución a esta situación: “¿El remedio sería no casarse? Esto es lo que me parece que está ocurriendo en muchas partes del mundo y concretamente en la Argentina. Ya que no va a durar, para qué casarse. Lo sabemos por lo que se constata en el ámbito religioso, pero es sabido también que en el ámbito civil hay mucha gente que prefiere convivir y no casarse”.

El prelado platense resaltó que cuando el papa Benedicto XVI aseguró que el divorcio era una plaga “estaba señalando una realidad social y cultural negativa. Se trata de algo que es deseable que no existiera”.

“Es necesaria una preparación para el matrimonio y la familia, una educación específica. Pensamos en el futuro de la sociedad, de la sociedad argentina y en el futuro del mundo, en el futuro de la humanidad” instó.

Texto completo de la alocución http://www.aica.org/docs_blanco.php?id=1668