El sábado 28 de diciembre, día de la Santa Familia, el Secretariado de la Familia de la Arquidiócesis de Rosario invitó a celebrar y participar en la Misa concelebrada, a las 19.30 hs. en la Iglesia Catedral presidida por monseñor José Luis Mollaghan.

En la celebración, se realizó la Consagración de las Familias de los responsables de los movimientos que trabajan por las familias, y de las familias que participaron en la celebración.

Compartimos la homilía de la Celebración

Descargar Homilia de la Misa del Dia de la Sagrada Familia – Arquidiócesis de Rosario

Homilía en el día de la Sagrada familia 2013 convocada por el Secretariado arquidiocesano de la familia (Arq. Rosario)

Celebramos el día de la Sagrada Familia, unidos a la alegría de la Navidad. Es el domingo que sigue al nacimiento de Jesús. Y por ello el Evangelio nos presenta esta forma  de  vida en familia que Dios quiso para su Hijo, junto a María y a José, fuente de vida y de bendición.

Por este motivo el Secretariado de la Familia ha querido que la Misa de hoy la ofrezcamos especialmente por todas las familias, y por sus intenciones; unido a los movimientos y asociaciones arquidiocesanas que trabajan en favor de la familia.

La vida de la familia de Nazaret tiene como centro el plan y el amor de Dios.

Dios eligió una familia para Jesús, que pueda ser modelo de  unidad y de amor. En uno de sus  Himnos llenos de poesía, la Liturgia de las Horas nos refleja la vida de la Sagrada Familia: “Familia pobre y divina, pobre mesa, pobre casa, mucha unión, ninguna espina, y el ejemplo que culmina en un amor que no pasa” (Himno Laudes, I, pag. 287).

Podemos decir, que toda la vida de la familia de Nazaret tiene como centro el plan y el amor de Dios, manifestados de muchas maneras, a lo largo de la misión salvadora de Jesús.

El plan de Dios, la lleva a María a aceptar con libertad  el misterio de la encarnación anunciada por el ángel, y el nacimiento de un niño permaneciendo virgen; y a José el amor a Dios  lo guía libremente  a recibir a María como esposa,  acompañarla y estar junto a Ella y cuidar  al Niño Jesús.

Sin embargo, en la vida de la Sagrada Familia hubo siempre pruebas; que inclusive contrastan con el clima de fiesta de la Navidad.

El Evangelio que leímos nos muestra hasta qué punto  María y José debieron hacer lo indecible para cuidar  a Jesús,  y evitar  cualquier mal o  peligro, – hasta la huida a Egipto -, buscando seguridad y protección.

Pero mientras Herodes quería  seguir triunfando, aún por la muerte y el asesinato de los niños inocentes; María y José, ofrecieron su propia vida por Jesús, en una estrecha unidad para defender y custodiar  al Niño redentor.

Proteger, valorar y ayudar a la familia

A la luz de esta enseñanza de Nazaret, hoy también es necesario proteger a la familia, valorarla y ayudarla como un verdadero bien.  Valoramos la familia porque pertenece al designio creador de Dios, conforme a nuestra fe, y también porque es un verdadero fundamento de la sociedad”.  Por ello podemos decir que:”de  la salud y de la calidad de las relaciones familiares dependen la salud y calidad de las relaciones sociales» (Benedicto XVI) .

De este modo, la propuesta del Evangelio para la familia en el contexto de la sociedad de hoy resulta  urgente y necesaria. Por este motivo, el Papa Francisco decidió establecer para el próximo Sínodo de los Obispos en Roma un  trabajo dedicado en dos etapas sucesivas  a la familia: la primera, en el año 2014, ordenada a recoger los  testimonios y propuestas recibidas de los Obispos de todo el mundo para anunciar y vivir el Evangelio de la familia; la segunda, en el año 2015, para buscar líneas y llevar adelante  la pastoral de la persona humana y de la familia.

Nuestras parroquias y movimientos ya han colaborado, respondiendo al Cuestionario enviado para este fin, que se hicieron llegar a la Conferencia Episcopal, allí plasmamos nuestros pensamientos, reflexiones y experiencias en torno a la familia.

El Documento preparatorio al Sínodo nos hace reflexionar sobre muchos temas, como las situaciones inéditas y nuevas situaciones de la familia, entre ellos la presupuesta inestabilidad del vínculo familiar; la  falta de compromiso duradero, los fenómenos migratorios y la reformulación de la idea de familia; el pluralismo relativista que se da en la concepción del matrimonio; la influencia de los medios de comunicación sobre la cultura popular en la visión del casamiento y de la vida familiar, etc.

El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia

Pero, sobre todo, en el ámbito más estrictamente eclesial, se percibe  que frecuentemente  encontramos un debilitamiento en  la fe del matrimonio como sacramento, que une al hombre y a la mujer con un amor como el de Jesús y su iglesia.

Por ello debemos recordar que el Papa Francisco nos advierte que: «El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia. Pienso sobre todo en el matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne (cf. Gn 2,24)” (Lumen Fidei, 52)

Es necesario tener presente que la buena noticia del amor divino que anunciamos en la navidad debe ser proclamada a cuantos viven esta experiencia humana personal, de vida matrimonial y de comunión abierta al don de los hijos, que es la comunidad familiar.

Hay que proteger a la familia de muchos males. De la amenaza al derecho a la vida desde el seno materno, ya que la apertura a la vida querida por Dios es una riqueza social; de las condiciones de vida indignas y de la miseria, que hace tanto daño a su identidad; así como también de la droga que debilita la unidad familiar y de la propia persona. Un padre o una madre, un joven o una joven – y hasta niños – adictos en una familia requieren una entrega y atención  mayor, así como la protección de los organismos estatales.  Tan flagrante marginación de nuestros niños y jóvenes  produce mucho dolor y “la Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo” (D. Aparecida, 422).

Deseo agradecer la participación del Secretariado arquidiocesano de la Familia en esta celebración; y los invitamos a todos los movimientos que trabajan en favor de la familia, a continuar su misión iluminados por la familia de Nazaret, de Jesús, José y María.

Debemos presentar nuestra fe cristiana  sobre el matrimonio de manera comunicativa y eficaz, para que sea capaz de alcanzar los corazones.  La fe ensancha la vida. Nos permite descubrir  la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades» ( Lumen Fidei, 53).

Para terminar, queridos hermanos, nos solidarizamos con todos aquellos que han padecido y padecen desde hace días cortes de electricidad en sus hogares; algunos con sufrimientos muy grandes. Rezamos para que pronto cese este mal que sufre  la sociedad y se pongan los medios necesarios para responder a esta necesidad.

Que la santa Familia de Nazaret bendiga a nuestras familias.

+ José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario