El sábado 21 de septiembre se realizó, en el Instituto Verbo Divino, en la localidad de Pilar, Buenos, Aires, el X Encuentro de Pastoral Familiar de la Región Buenos Aires, con el lema “Que el amor de ustedes crezca cada vez más para discernir y buscar lo mejor”.

Durante la mañana, luego de las palabras de bienvenida, Mons. Ernesto Giobando SJ, obispo auxiliar de Buenos Aires y referente del Secretariado Nacional para la Pastoral de la Vida Naciente y la Niñez, brindó una charla sobre El discernimiento en la vocación al matrimonio (ver guía de lectura).

Luego de la charla de Mons. Giobando, los referentes diocesanos de la región se reunieron para compartir el caminar en cada diócesis, mientras que otros agentes trabajaron en grupos sobre una propuesta dirigida a los jóvenes de hoy que, utilizando el humor, resaltara la belleza del matrimonio como contrapeso a la forma en la que se lo ha presentado muchas veces, como un “peso a soportar”. Se destacó la importancia de que jóvenes y adultos optimicen su capacidad de escucha y trabajo en equipo.

Durante la tarde se trabajó en grupos en torno a cómo hacer comprensible a los jóvenes de hoy la belleza de la vocación al matrimonio y la familia, y a pensar juntos algunas pautas pastorales que ayuden a profundizar nuestra misión.

El encuentro finalizó con la Santa Misa, presidida por Mons. Pedro Laxague, obispo de Zárate-Campana y presidente de la Cevilaf, y concelebrada por los sacerdotes asesores diocesanos de Pastoral Familiar de Merlo-Moreno y Zárate-Campana, Padre José Manuel González SEMD y Mons. Ariel Pérez. En su homilía, Mons. Laxague animó a los agentes de pastoral con las siguientes palabras:

Nosotros estamos en una situación seria, de emergencia. Actualmente, hay emergencia alimentaria; nosotros podríamos decir que estamos en emergencia familiar. Y nos sentimos mal. Podemos preguntarnos: «¿Qué hemos hecho? Como creyentes, como miembros de la Iglesia, como matrimonios cristianos, como pastores, ¿qué hemos hecho hasta ahora?”.

Estamos en emergencia familiar y en muchas ocasiones nos hemos reunido para hablar de lo mal que anda todo, pero a veces nos cuesta discernir y ponernos en marcha….y así seguimos.

Tenemos que hacer como el administrador del Evangelio. Buscarle la vuelta. Y que no nos frene nadie. Como bautizados, como matrimonios, somos los pastores privilegiados para la pastoral familiar: lo dice claramente Amoris laetitia. No es necesario pedir permiso ni al Papa o al obispo, ni a los curas. Si esperamos tener un permiso escrito, se nos va a pasar la vida.

Entonces, animémonos, porque el mismo Jesús nos dice que tenemos que ser astutos y obrar rápidamente, como el administrador. No esperar, no perder el tiempo.

Animémonos. Que esta Eucaristía nos dé fuerza, desde la Palabra de Dios y con su presencia, y que Jesús ya no tenga que decir que somos menos astutos que los otros.

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